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Los ticket canasta en la Argentina

Hoy comentamos una de las polémicas más emblemáticas de los años 90: los Ticket Canasta en la Argentina, un sistema que marcó a miles de trabajadores y dejó lecciones vigentes al día de hoy. ¿Cómo funcionaron? ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron 

El origen: combatir la inflación con un costo oculto

Los tickets canasta surgieron en 1989 bajo el gobierno de Carlos Menem, en plena hiperinflación. La idea -impulsada por Domingo Cavallo, figura clave del modelo neoliberal- era reducir el costo laboral para las empresas y, en teoría, aliviar la presión salarial. Mediante decretos, se confirmó que estos vales para comprar alimentos no eran considerados salario remunerativo , lo que permitió a las empresas recortar gastos en aportes previsionales y obras sociales.

La Ley 24.700 de 1996 formalizó el sistema con el artículo 103 bis, consolidando un esquema donde hasta un 20% del salario podía pagarse con vales alimentarios. El trabajador que ganaba $1.000, por ejemplo, recibía $800 en efectivo y $200 en vales. Pero el problema iba más allá del monto: los tickets no generaban aportes jubilatorios, no se computaban para indemnizaciones, aguinaldos ni otros beneficios convencionales. 

Los perjudicados:

1. Los trabajadores: un salario recortado

  • Pérdida de derechos: Las licencias por enfermedad, vacaciones o accidentes no incluían el pago de tickets. Tampoco se sumaban al cálculo de indemnizaciones por despido.
  • Erosión del poder adquisitivo: Los vales solo podrían usarse en comercios adheridos, limitando opciones y generando mercados cautivos.
  • Exclusión social: Casi 1,5 millones de trabajadores quedaron atrapados en este sistema, según estimaciones.

2. El Estado: un agujero en las arcas públicas

  • Aportes evadidos: Las empresas dejaron de contribuir alrededor de $21.000 millones de dólares en cargas sociales entre 1989 y 2007
  • Crisis previsional: La falta de aportes al sistema jubilatorio profundizó el déficit, afectando a futuros jubilados y pensionados.

Los ganadores: el negocio detrás de los Ticket Canasta

1. Las empresas: ahorros millonarios

El principal beneficio fue para las empresas, que redujeron hasta un 14% sus aportes patronales al usar tickets canasta como parte del sueldo. Este ahorro se tradujo en mayores utilidades, especialmente en sectores con mano de obra intensiva.

2. Las emisoras de Ticket Canasta: ganancias estratosféricas

Empresas como ACCOR (de origen francés) lideraron un mercado que facturaba $4.000 millones anuales en vales. Sus ganancias provenían de tres fuentes:

  • Comisiones por venta: Entre 2% y 6% del valor de los vales.
  • Retenciones al canje: Hasta 6% adicional al convertirlos en efectivo
  • Especulación financiera: Invertían el dinero retenido en instrumentos de alto rendimiento.
    Solo ACCOR reportaba $125 millones anuales en utilidades, según denuncias.

El escándalo que aceleró el fin: sobornos y grabaciones

En 2007, el diputado Héctor Recalde y su hijo Mariano denunciaron un intento de coima para frenar la derogación de los billetes. Ejecutivos de la principal empresa del rubro ofrecieron hasta $20 millones de dólares en tres opciones:

  1. «Bicicleta»: Archivar el proyecto de ley, que consolidaba los vales alimentarios.
  2. «Pick-Up»: Modificar el texto pero mantener los beneficios ya obtenidos.
  3. «Mercedes-Benz»: Crear una nueva ley que obligará a pagar con vales en salarios menores a $1.500.

La denuncia se judicializo, incluyendo grabaciones ocultas y finalmente terminó con condenas a directivos de la firma emisora. La presión social y política llevó a la sanción de la Ley 26.341 en 2007, que eliminó gradualmente los ticket canasta hasta 2009, incorporándolos como salario remunerativo

Reflexión final: ¿por qué importa hoy?

El posible regreso de este sistema bajo el gobierno de Javier Milei reactiva el debate. Si bien sus defensores argumentan que contendría a la inflación, la historia muestra que privilegió el lucro empresarial sobre los derechos laborales. Los tickets canasta no solo fueron una herramienta económica: simbolizaron la precarización sistemática de los años 90, con consecuencias que aún resuenan en el sistema previsional argentino.

¿Lección clave? Cualquier reforma laboral debe considerar la protección social del trabajador y su familia. De lo contrario, repetiremos errores que ya conocemos.

 

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